Todo comenzó en abril. Cansados ya de las típicas vacaciones de playa y/o montaña por el país, tanto los niños como los mayores teníamos ganas de viajar al extranjero.
Barajamos distintos destinos, hasta que finalmente nos decidimos por Londres. Esta ciudad ofrece suficientes atractivos tanto para adultos como para jóvenes. Y además, así todos podríamos practicar nuestro inglés.
Así que comenzamos a buscar hoteles y transportes. Primero miramos los vuelos. Para ello, hay numerosas páginas web de distintas agencias de viajes, donde podréis consultar vuelos y precios.
Vuelos a Londres.
De esta manera, descartamos ciertas fechas de partida, en las que las plazas que quedaban libres, o eran muy caras, o nos obligaban a viajar a horas muy poco adecuadas para ir con niños.
Con esta primera criba, redujimos las fechas de salida a solo 2. Ahora sólo era cuestión de buscar un buen hotel o apartamento, y ver si había disponibilidad de alojamiento para esas fechas.
Alojamiento en Londres.
Enseguida nos dimos cuenta de que deberíamos haber comenzado nuestra búsqueda con varios meses más de antelación.
Si bien es más sencillo cuando viajas solo o en pareja, si vais con 2 niños (en nuestro caso de 10 y 9 años, respectivamente) la búsqueda complica, especilamente si queréis viajar en verano.
Hay menos alojamientos, sobre todo si valoramos mucho la proximidad de los alojamientos al centro de Londres, con el fin de que los trayectos en transporte público dentro de la ciudad sean más cortos. A diferencia de otras capitales europeas, en Londres, una vez que te alejas del centro, las distancias entre unas estaciones de metro y otras pueden ser bastante considerables, por lo que la cercanía de una boca de metro es un aspecto importante a considerar a la hora de elegir hotel (además del precio adicional que supone en los billetes de transporte).
Hay menos alojamientos, sobre todo si valoramos mucho la proximidad de los alojamientos al centro de Londres, con el fin de que los trayectos en transporte público dentro de la ciudad sean más cortos. A diferencia de otras capitales europeas, en Londres, una vez que te alejas del centro, las distancias entre unas estaciones de metro y otras pueden ser bastante considerables, por lo que la cercanía de una boca de metro es un aspecto importante a considerar a la hora de elegir hotel (además del precio adicional que supone en los billetes de transporte).
Tras una primera semana de intensa búsqueda, no encontramos nada de nuestro agrado, bien por el precio, por la ubicación del hotel, por el aspecto de las habitaciones en las fotos disponibles, o por los comentarios de los viajeros.
Así que comenzamos a buscar apartamentos de alquiler. Aquí la búsqueda no es tan sencilla, aunque al cabo de un tiempo, comienzas a encontrar varias páginas interesantes: booking.com, tripadvisor.es, wimdu.es, entre otras. Un piso de alquiler podía resultar una opción interesante, tanto por el posible ahorro como por poder elegir uno que estuviera bien ubicado. Y si bien no suelen alquilar apartamentos por menos de una semana, eso para nosotros no era un inconveniente, ya que era justo el tiempo que queríamos pasar en Londres.
Vimos varios pisos interesantes, pero nos encontramos con otro obstáculo. A pesar de que en internet figuraban como disponibles para las fechas en que queríamos viajar, una vez que contactábamos con los administradores o dueños comprobábamos que los datos de ocupación no estaban actualizados, y que ya estaban ocupadas.
Tras más de dos semanas de búsqueda, comenzábamos a considerar la idea de buscar otro destino para nuestras vacaciones.
Y de pronto vimos un par de hoteles con plazas disponibles, bien ubicados, a buen precio, y con buenas valoraciones, ambos del grupo Premier Inn.
Además, no nos solicitaban fianza alguna para realizar la reserva, lo cual era de agradecer, faltando tanto tiempo hasta nuestro viaje. Y bastante inusual en lo que se refiere a los alojamientos en Londres. Tan sólo se cobrarían el precio de una noche, si el aviso de cancelación lo realizabas antes de las 24 horas anteriores a la fecha de entrada.
Finalmente eligimos el hotel Premier Inn London City Old Street. Se trata de un hotel nuevo, de apenas 2 o 3 años, con una entrada al metro a menos de 100 metros, y con paradas cercanas de varias líneas de autobuses urbanos, de las cuales dos de ellas nos llevaban al mismo centro de Londres.
Finalmente eligimos el hotel Premier Inn London City Old Street. Se trata de un hotel nuevo, de apenas 2 o 3 años, con una entrada al metro a menos de 100 metros, y con paradas cercanas de varias líneas de autobuses urbanos, de las cuales dos de ellas nos llevaban al mismo centro de Londres.
Antes de reservar, comprobamos cuál era la mejor opción, si contratar a través de páginas de viajes, o directamente en la web de la cadena de hoteles.
Comprobamos precios, y vimos que la mejor opción era reservar directamente en su página web. Esta cadena solo dispone de algunas páginas traducidas al castellano, así que tuvimos que refrescar nuestro inglés para hacer la reserva de la habitación.
Una vez hecha la reserva, el siguiente paso era cerrar el tema del vuelo. Visitamos distintas agencias de viajes, físicas y virtuales, y la web de la compañía, en este caso Iberia. Y la opción más barata resultó ésta última.
Por lo que también reservamos el vuelo. En este caso hubo que facilitar los datos de una tarjeta de crédito, para que cargaran el importe por anticipado.
Realizaron el cargo al día siguiente, y a las 48 horas enviaron un mensaje de confirmación por correo electrónico, donde nos facilitaban un número de serie que sería muy útil posteriormente.
Documentación necesaria.
El siguiente paso era solicitar cita para obtener los pasaportes. Si bien se puede viajar al Reino Unido con el DNI, en todas las páginas web aconsejaban llevar también el pasaporte, pues es 'mejor visto' por las autoridades inglesas. Así que entramos en la página de cita previa de la Policía Nacional, y reservamos día para sacarnos los pasaportes
No obstante, hay que decir que solo lo utilizamos en el control fronterizo de los aeropuertos, ya que en Londres solo tuvimos que identificarnos para los pagos que realizamos con tarjeta, y no tuvimos ningún problema mostrando tan solo el DNI español.
Pero bueno, todas precauciones son pocas, y supongo que no está de más llevar el pasaporte. Sobre todo por si surge algún tipo de complicación, o si se sufre un robo o extravío.
Una vez obtenidos los pasaportes, hicimos uso de las claves facilitadas por Iberia para introducir todos los datos de los viajeros (nº de pasaporte, fecha de nacimiento, etc.). Esto facilita posteriormente el check-in en el aeropuerto, pues así tienen ya todos los datos de los viajeros, y no tiene que teclearlos en ese momento, con la consiguiente tardanza.
Otro trámite a considerar es la obtención de la tarjeta sanitaria europea. Basta con meterse en la web de la Seguridad Social, introducir unos cuantos datos, y en unos 4 días teníamos las tarjetas de toda la familia en casa (las envían por correo ordinario).
Aparcamiento en Barajas.
Quedaba un último paso: ver dónde dejar el coche en el aeropuerto de Barajas.
Aquí fue todo más sencillo. Hay una extraordinaria web que facilita enormemente la tarea: ParkingAeropuerto.es.
En ella encontrarás todos los aparcamientos disponibles para las fechas del viaje, sus precios, y útiles comentarios de los usuarios.
Nosotros finalmente optamos por el aparcamiento de bajo coste de Aena de la terminal T4, que es desde donde partía nuestro vuelo, aunque había numerosas opciones igualmente válidas.
Cambio de moneda.
Ahora debíamos hacer un cálculo del dinero en efectivo que nos pensábamos gastar, y cambiar nuestros euros por libras esterlinas en nuestro banco de confianza. Has de saber que podrás pagar con tarjeta en casi todos los establecimientos, y que si bien no es fácil en algunos barrios encontrar oficinas bancarias con cajero, en varias estaciones de metro sí que los hay.
Tarjetas de transporte en Londres.
Estuvimos buscando en internet sobre cómo optimizar nuestros viajes en transportes públicos, y los gastos de las entradas a los museos y atracciones que pensábamos visitar. Vimos la tarjeta London Pass, pero no nos resultaba económica para las visitas que queríamos realizar. Finalmente, y para nuestro caso (un par de adultos, y dos niños de 10 y 9 años, respectivamente), llegamos a la conclusión que la opción más económica para movernos por Londres sería comprar una Oyster Card y cargar en ella una Travel Card semanal, para las zonas 1 y 2.
No obstante, constantemente están cambiando las ofertas y los precios, y también depende de qué queráis visitar y de las edades de vuestros niños. Pero en todo caso merece la pena que lo llevéis estudiado, ya que os podéis ahorrar bastante dinero. Encontrarás numerosa información sobre el tema en el siguiente enlace: Visit London - Oyster
Otra tarea práctica para realizar antes de salir es consultar dónde tienen las paradas las distintas líneas de autobuses. Para ello, puedes consultar la información disponible en la página web de los transportes de Londres sobre las distintas líneas de autobuses.
Resulta muy práctico llevar imprimidas las paradas de las zonas por las que nos vamos a mover, o tener preparado un enlace a las mismas en el móvil, ya que a veces es difícil saber de qué punto exacto sale cada línea.
Y sobre todo recién llegados, ya que sueles buscarlas en la acera equivocada...
Además, y ya que estamos en la página de los transportes, podemos consultar las líneas de metro que estarán cerradas el fin de semana, ya que suelen aprovechar estos días de menos afluencia de viajeros para realizar obras de mantenimiento.
¡Ya estábamos preparados para viajar a Londres!