Día tres. Museo de Ciencias, mercado de Portobello, Leicester Square.


Fachada principal del Science MuseumTras nuestro desayuno, nos ponemos en marcha. Hoy volvemos a la zona de los museos de South Kensington, esta vez para visitar el Science Museum. Puedes visitarlo virtualmente en este enlace, para hacerte una idea de lo que encontrarás allí.

Tomamos los mismos transportes que el día anterior, hasta la estación de South Kensington, y esta vez abandonamos el subsuelo por la salida correspondiente a este museo. 

Nuevamente entrada gratuita y sin colas a esta primera hora de la mañana. Comenzamos la visita por la planta 0, que es la más espectacular. Puedes clicar aquí para entrar en la web del museo y ver todo lo que encontrarás en él.

Planta baja del museo de ciencias de LondresPlanta baja del museo de ciencias de Londres

Atravesamos primero una sección dedicada a las primeras máquinas de vapor, las primeras locomotoras, los primeros coches, el primer teléfono.

Área de las primeras locomotoras en el Science Museum de LondresDisección de un coche en el Museo de Ciencias de LondresÁrea de las primeras locomotoras en el Science Museum de Londres



Tanto niños como mayores disfrutamos ampliamente con todos los inventos que allí se exponen, como la rueda más grande del mundo.


Nos sorprende en particular la cápsula con la que el hombre descendió por primera vez a la luna (en ningún lugar ponía si era una reproducción o el original), y la sección de cohetes, satélites y otros ingenios aeroespaciales.

Sección de ingenios espaciales, en el Science MuseumCápsula espacial en el Science Museum

Los niños se colocan unos guantes de astronauta, mientras los mayores descubrimos cómo se encuentran expuestos como 'reliquias' ciertos objetos de nuestro uso habitual no hace tanto tiempo: los primeros teléfonos móviles, las máquinas de escribir, los radio-casetes, las primeras calculadoras de bolsillo...

Practicando con guantes de astronautaObjetos de la vida cotidiana, en el Science Museum

Ésta fue la planta que más nos gustó de todo el museo, la más espectacular, y la de mayor calidad del material expuesto, bajo nuestro punto de vista, por lo que no os preocupéis porque destinéis mucho tiempo a ella, ya que probablemente en las siguientes plantas os detendréis menos.

Traje de astronauta Cohete espacial, en el Science museum

Subimos a la primera planta, donde los niños estuvieron divirtiéndose un buen rato con varios terminales informáticos que trataban distintos aspectos del medio ambiente (todos en inglés como único idioma).

Paneles de colores, en el museo de la ciencia

En la segunda planta, más de lo mismo. Un montón de artilugios con botones, de complicada interpretación para los adultos, y algo menos para los niños, ya que no contemplan la posibilidad de operar en otros idiomas.

Seguimos subiendo, y atravesamos un pasillo que nos lleva a la exposición sobre los distintos ingenios voladores ideados por el hombre, todos a tamaño real.

Primeros ingenios voladores, en el Science MuseumPrimeros prototipos voladores del Science Museum


Encontramos diversos proyectos de alas mecánicas que no debieron acabar nada bien para sus inventores, algunas secciones de aviones actuales, y avionetas de distintas épocas.

Sección dedicada a la aeronáutica, en el Science Museum Sección de un avión de pasajeros

Bajamos un piso, para visitar las secciones de los descubrimientos matemáticos y de materiales, con los niños mostrando ya ciertos indicios de desatención. Aquí podemos enseñarles cómo fueron las primeras calculadoras y los primeros ordenadores, así como una exposición de relojes de todas las épocas.

Una de las primeras máquinas de calcular, expuesta en el Science Museum Figuras matemáticas


Máquina de calcular de Charles Babbage

Atravesamos de forma fugaz una sección dedicada a los materiales y otra en la que exhiben antiguas maquinarias agrícolas, y llegamos nuevamente a la planta baja, donde nos encontramos, antes de salir del museo, con una réplica de péndulo de Foucault, que nos sirve para recordar con los niños el movimiento de nuestro planeta en el espacio.

Maquinaria agrícolaPéndulo de Foucault, en el Museo de la Ciencia de Londres

Salimos a la calle, y nos dirigimos nuevamente a la estación de metro. Esta vez recorremos el camino por la superficie: un paseo más agradable que el que realizamos en la ida bajo tierra, dejando a un lado el magnífico edificio que alberga el museo de artes decorativas, el Victoria and Albert Museum. Un museo que podéis visitar en este enlace, y que dejamos para el siguiente viaje a Londres.

Museo de Artes Decorativas Victoria and Albert Museum de Londres

Nos dirigimos en metro hasta la estación de Notting Hill Gate, pues la idea para pasar la tarde era visitar el famoso mercadillo de Portobello, situado en el barrio de Notting Hill.

Fachada de una taberna típica inglesa en Portobello Road

Lo primero que hicimos al salir de la estación de metro, dada la hora que era, fue buscar un sitio para comer, antes de internarnos en el mercadillo.

Típico pub inglés en el barrio de Notting Hill

Encontramos un típico pub inglés, el Prince Albert, donde decidimos que ya era hora de probar las auténticas fish and chips. Tras unos pequeños problemas de entendimiento con los camareros, al cabo de un rato teníamos en la mesa este típico plato inglés.

Plato de riquísimas fish and chips


Nos comimos una deliciosas fish and chips, muy sabrosas, aunque de dudoso equilibrio dietético, y nos dispusimos a recorrer el famoso mercado. Nos dimos cuenta de que habíamos escogido una buena hora, ya que había bastante gente, pero se podían ver los puestos sin agobios, lo cual es de agradecer cuando viajas con niños.

Inicio de la calle Portobello RoadMercadillo de Portobello Road

A diferencia de los mercados españoles, la mayor parte de los puestos los instalan las propias tiendas situadas en ambos lados de la calle, que exponen sus distintos artículos en los tenderetes que colocan delante de las mismas.

Mercadillo de Portobello RoadMercadillo de Portobello Road

Hay numerosos objetivos curiosos, antigüedades, algo de ropa, comida, etc.

Puesto de cámaras de fotos antiguas en el mercadillo de Portobello Road Puesto de paella en el mercado de Portobello Road


Mercado de Portobello Road Inicio del mercado de Portobello Road





Puesto de soldaditos de plomo en el mercado de Portobello RoadPuesto de antigüedades en el mercado de Portobello Road


Aunque el verdadero encanto radica en las propias edificaciones del barrio. Se trata del típico barrio estilo inglés, con casas de dos pisos, parterre de entrada, escaleras hasta la puerta, y bicicletas atadas a la verja. Aunque también es cierto que esto lo puedes encontrar en casi todos los barrios del gran Londres.

Casas estilo victoriano cercanas al mercado de Portobello RoadCasas estilo victoriano en Portobello Road

Dimos por concluida nuestra visita al mercadillo tras recorrerlo en dirección sur-norte, y decidimos regresar al centro de la ciudad, con algunas bolsas en nuestra manos.

Final del mercado de Portobello Road

Para ello atravesamos Blenheim Crescent, una calle con varias librerías temáticas, y fuimos hasta la estación de Ladbroke Grove.

Calle de librerías temáticas de Blenheim CrescentLibrerías temáticas en Blenheim Crescent


Nos bajamos (o más bien subimos) en Piccadilly, con la intención de cenar por la zona. Pero a diferencia del jueves cuando llegamos, el centro estaba completamente lleno de gente.

Estatua de ErosCentro peatonal de Londres


Turistas y londinenses se agolpaban en los bares y pubs del centro: Picadilly, Covent Garden, Leicester Square, etc, aprovechando la bonanza del tiempo durante todos estos días.

Centro peatonal de LondresCentro peatonal de Londres

Tras dar una vuelta por todo el centro, y ante la imposibilidad de sentarnos con los niños en ninguna parte, decidimos cenar en el hotel.

Zona de restauración del hotel

Regresamos al hotel, donde disfrutamos de una estupenda cena, a precios más asequibles incluso que los que habíamos encontrado en la mayor parte de establecimientos de Londres.


Día cuatro. Torre de Londres, mercado de Camden, Canal de Regent's, Regent's Park.

Es domingo. Nos espera una magnífica jornada en la que visitaremos la Torre de Londres por la mañana, y destinaremos la tarde a visitar el mercado de Camden, el canal de Regent’s y Regent's Park.

Patio de armas de la Torre de Londres.Parterres de Regent's Park.

Comenzamos tomando la línea Northern del metro en dirección sur, para enlazar con la roja que nos llevará a la estación de Tower. Salimos del metro, y seguimos las indicaciones que nos dirigen a la Torre de Londres. La verdad es que es uno de los monumentos mejor señalizados de Londres.



Hay cantidad de gente que ha tenido la misma idea que nosotros, así que tendremos que afrontar las primeras colas, y las primeras taquillas (aquí la entrada no es gratuita).

Un par de bobbies londinenses. Ayuntamiento de Londres, al fondo.


En éstas, merece la pena echar un cálculo mental para ver si nos interesa adquirir entradas individuales o familiares, y si conviene que las familias sean de 4 o de 5 personas. Podéis echar un vistazo a la web de la Torre de Londres, para haceros una idea.

Puertas de acceso a la Torre de Londres.


Te puedes ahorrar unas cuantas libras si eliges bien el tipo de entrada a comprar. Y vas a tener tiempo para calcularlo mientras esperas a que te toque el turno de la taquilla.

Torre de Londres vista desde la zona de las taquillas.Torre de Londres.

Una vez adquiridas las entradas, y habiendo nuestros amigos 'adoptado' temporalmente a uno de nuestros hijos, entramos en este palacio-prisión.

Arco de acceso a la Torre de Londres. Zona entre murallas de la Torre de Londres.

Torre de Londres.

Atravesamos el arco de entrada y seguimos la muralla hasta llegar a la puerta de los suspiros.

Nos imaginamos a los reos llegando en barca a esta prisión a través de este portón, pensando en que muy probablemente no volverán a cruzarlo en sentido contrario, al menos vivos...

Puerta de los suspiros de la Torre de Londres.Puerta de los suspiros de la Torre de Londres.

Atravesamos ahora otra puerta de la muralla, para entrar en el patio principal del recinto, al que dan todas las edificaciones.


Patio de armas de la Torre de Londres.


Patio de armas de la Torre de Londres.

De entre todas las estancias, escogemos visitar en primer lugar las dependencias que albergan las joyas de la corona, antes de que las colas de entrada adquieran más longitud, ya que el número de visitantes aumentaba de minuto en minuto. Tiempo habrá después de visitar el resto del recinto.

Pabellón donde se exponen la colección de joyas de la Corona de Inglaterra en Torre de Londres.

Mientras esperábamos para entrar (y menos mal que nos decidimos pronto a ponernos en la cola) pudimos ver cómo los famosos beefeeters hacían el ritual del cambio de guardia.

Beefeaters haciendo guardia en el patio de armas de la Torre de Londres.Beefeaters haciendo guardia en el patio de armas de la Torre de Londres.

La cola avanzaba despacio, así que nos dio tiempo también de admirar la bonita fachada del palacio donde está alojada la colección de joyas.

Patio de armas de la Torre de Londres.Salida del pabellón donde se exponen la colección de joyas de la Corona de Inglaterra en Torre de Londres.


Figurantes vestidos de época en el patio de armas de la Torre de Londres.

Entramos finalmente, y tras pasar por una serie de salas oscuras con paneles donde te van anticipando lo que posteriormente podréis ver, llegamos a las estancias donde exponen parte del maravilloso tesoro de la Corona inglesa: coronas, cetros, alhajas, vajillas, etc., donde enormes y brillantes piedras preciosas se incrustan en extraordinarias obras de arte realizadas en oro. Aquí no se permite hacer fotos, lamentablemente.

Salimos de la zona del tesoro, y dimos un paseo por el patio del castillo, observando los distintos pabellones que lo rodean, y haciéndonos fotos con los distintos actores que pueblan el recinto.

Casi todas la edificaciones eran visitables, pero verlas todas requería que destinásemos prácticamente el día entero a este lugar.

Elegimos para la siguiente visita la Torre Blanca, que dicen que era el edificio más alto de Londres en el año 1000. Dentro de ella encontramos numerosas armaduras, cañones, espadas, cascos y demás objetos bélicos, con la particularidad de que muchos de ellos se pueden coger con las manos, para mayor disfrute de los pequeños.

Colección de armaduras en el interior de la Torre Blanca.Colección de armaduras en el interior de la Torre Blanca.

Colección de armaduras en el interior de la Torre Blanca.Colección de armaduras en el interior de la Torre Blanca.

Tras salir de la Torre Blanca damos una vuelta por el patio de armas, atravesamos la sala de las torturas y abandonamos el recinto, no sin antes ver los famosos cuervos, debidamente custodiados, ya que la leyenda cuenta que el día que desaparezcan lo hará con ellos la dinastía inglesa.

Interior de la Torre de Londres. Interior de la Torre de Londres.


Interior de la Torre de Londres. Los famosos cuervos que habitan en la Torre de Londres.
Vista del Tower Bridge desde el interior de la Torre de Londres.

Una vez franqueada la muralla, nos topamos con el puente de Tower Bridge, donde intentamos ganar un hueco frente al río para hacernos las obligadas fotos delante del puente.

Vista del Tower Bridge.

Desde aquí también se puede ver el edificio del nuevo ayuntamiento de Londres, diseñado por Foster y comúnmente conocido por ‘el huevo del alcalde’.

Ayuntamiento de Londres, obra de Norman Foster.

Y también hay unas estupendas vistas del río con la torre Shard al fondo. Se trata del edificio más alto de Europa occidental, y está rematado de una forma un tanto original, que hace pensar que está inacabado. La atracción más 'in' de Londres consiste en subir hasta su cima y disfrutar de sus vistas panorámicas. Puedes visitar su website aquí.

Torre Shard.Torre Shard y Ayuntamiento de Londres.

El puente de la Torre de Londres (Tower Bridge), que no hay que confundir con el puente de Londres (London Bridge) también es visitable (ver aquí). En su interior podéis ver la maquinaria del mismo, así como reproducciones a escala de otros puentes famosos de todo el mundo. Dicen que es muy interesante, pero pensamos que la temática no resultaría muy atractiva para los niños, así que lo dejamos atrás, pendiente para otro viaje a Londres.

Otra vista del Tower Bridge.


Camden High Street.Nos dirigimos nuevamente a la boca del metro, para encaminarnos hacia el barrio de Camden, a través de la línea Northern, que no abandonaremos hasta llegar a la estación de Camden Town.

Era ya cerca de las 13:30 horas, y en la estación podemos comprobar cómo nadie camina en sentido contrario. Esto es debido a que los domingos cierran la estación hasta las 5 de la tarde, para evitar las avalanchas que se producían de regreso al centro de la ciudad. Salimos a la superficie, y descubrimos la marea humana de gente que se ha acercado hasta este famoso mercado.

Multitud de personas en Camden High Street.Multitud de personas en Camden High Street.

Era hora de comer. Nos animamos a hacerlo en un japonés, el Wagamama, donde los niños disfrutaron enormemente comiendo con palillos. Al resto también nos gustó.

Wagamama en el barrio de Camden.Wagamama en el barrio de Camden.

Lo cierto es que más tarde veríamos que en Camden hay infinidad de puestos ambulantes con comidas de todo el mundo que entran por los ojos, y dicen que de bastante calidad. Sin embargo, necesitábamos sentarnos tranquilamente un rato, para que los niños descansaran, por lo que creo que en este caso tomamos una buena decisión, ya que la mayor parte de los puestos o no disponen de sitios donde sentarse, o los que hay están todos ocupados..


Zona de restauración en el mercado de Camden.Zona de restauración en el mercado de Camden.

Ahora íbamos a adentrarnos en este laberinto de tiendas y puestos, absolutamente maravilloso. Para una completa información sobre el mismo, podéis visitar este enlace.

Pasadizos llenos de tiendas en el Stables Market. Impresionantes fachadas en Camden High Street.

Puestos del mercadillo de Camden. Puestos del mercadillo de Camden.

Sin duda se trata de una de las visitas que más nos llamó la atención de todo Londres, y de las que probablemente guardaremos mejor recuerdo. Incluso a los niños les gustó la experiencia, tanto por la variedad y rareza de los artículos expuestos, como por la propia ubicación del mercado, o por las coloridas y extravagantes fachadas de sus tiendas.

Entrada a la tienda de Cyberdog. Puesto del mercadillo de Camden.


Entrada a los pasajes comerciales de Stables Market de Camden.

Tras pasar un par de escasas horas en este maravilloso mercado, era hora de regresar al centro. Para ello, optamos por seguir el canal de Regent’s durante un kilómetro, aproximadamente, hasta llegar a Regent’s Park.

Paseo por el canal de Regent'sBarcos atracado en el canal de Regent's

Atravesamos primero la zona de los bares y restaurantes que están próximos a las esclusas del canal, que sirven para salvar el desnivel del río.

Esclusa de Camden Lock en el Canal de Regent's

Hoy por hoy ya no pasan embarcaciones de gran calado, desde que hace un tiempo explotó una de ellas, ocasionando numerosas bajas entre personas y animales del zoo.

Paseo en barca por el canal de Regent'sPaseo en barca por el canal de Regent's

La verdad es que después del bullicio de Camden (a pesar de que evitamos las horas de mayor afluencia, que son por la mañana), apetecía dar un relajante y maravilloso paseo como este, por un entorno que bien parece que está a 100 km. de distancia de Londres.

Canal de Regent's

Surcan el canal pequeñas embarcaciones con turistas, así como otras de residentes, que están atracadas en las orillas del mismo. Unas embarcaciones de forma alargada, adaptadas a la estrechez del canal, y hermosamente decoradas.

Casa china en el canal de Regent's

Entramos en Regent’s Park por la zona del Zoo, que a estas horas ya se encuentra cerrado, aunque se pueden ver algunos animales por encima de los setos. Si os apetece visitarlo, podéis ver la página web del Zoo en este enlace.

Puente de acceso a Regent's Park desde el canal de Regent'sPradera del parque de Regent's Park

Descansamos un rato tumbados en el césped, como hacen numerosos londinenses, aprovechando el magnífico tiempo que nos iba a acompañar durante toda la semana.

Pradera del parque de Regent's ParkConstrucciones cercanas a Regent's Park

Llegamos hasta una zona de columpios y otras atracciones para los niños, pero nos echaron enseguida los vigilantes del parque, ya que la cerraban a las 20:00 horas. Está claro que no nos habíamos acostumbrado todavía a los horarios de Londres.

Pradera de Regent's ParkJardines de Regent's Park

Nuestra siguiente idea fue la de tomar algo en la ‘Salchicha Honesta’ (The Honest Sausage), uno de los pocos bares que hay dentro del parque. Pero también estaban recogiendo las mesas.

The Honest Sausage en Regent's ParkAvenida The Broadwalk en Regent's Park

Proseguimos nuestro camino, atravesando avenidas de setos y plantas ornamentales de este estupendo parque (puedes verlo con más detalle en este enlace, que finalmente abandonamos por la zona de York Gate.

Fachada principal de la iglesia de St. Marylebone Parish ChurchCamino de Regent's Park

No sabíamos muy bien hacia dónde dirigirnos para encontrar un buen sitio donde cenar. Preguntamos a un hombre que se acercaba hacia nosotros haciendo footing, y dio la ‘casualidad’ de que era español.

Caminando por Marylebone High Street.Caminando por Marylebone High Street.

Muy amablemente nos indica que debemos dirigirnos hacia el centro por la calle Marylebone High Street, y que en ella encontraremos numerosos establecimientos de restauración.

Torre del edificio de Correos vista desde Marylebone High Street.Marylebone High Street.

Bajamos por esta avenida de edificios típicos londinenses, y comenzamos a ver establecimientos donde cenar. Los niños insisten en que quieren comer pizza, así que entramos en un restaurante italiano. Una buena elección: pizza muy rica y excelente precio.

Zona de terrazas al aire libre de la calle Marylebone High Street.Zona de terrazas al aire libre de la calle Marylebone High Street.

Bajamos hasta Oxford Street, donde nos encantó la iluminación nocturna de las distintas galerías comerciales de la avenida.

Galerías comerciales en Oxford StreetGalerías comerciales en Oxford Street

Daban ganas de quedarse un rato más paseando por la zona, pero los niños estaban ya cansados de este día tan ajetreado, así que optamos por tomar el metro y volver al hotel.